PRIMERAS CIVILIZACIONES DE AMERICA:
Al pisar por primera vez tierra americana, los
españoles se encontraron con grupos de nativos que acudieron a recibirles.
Resultaba evidente que éstos se encontraban en una fase de civilización muy
inferior a la de los cristianos que llegaban a sus tierras pilotando naves de
velas cuadradas, vistiendo trajes de lana y seda, y armados con espadas, lanzas
y arcabuces.
Los conquistadores que ampliaron las rutas
abiertas por los navegantes creyeron que iban a encontrarse con salvajes, pero
cuando penetraron en la meseta de México y en las antiplanicies del Perú se
dieron cuenta de que no todo el continente se hallaba en un estado de atraso
tan considerable. En América, antes de la llegada de los hombres blancos de
Europa, existían varias culturas dignas de tenerse en cuenta, que habían
desarrollado incluso una ciencia, un derecho y un arte muy notables.
Al Norte del nuevo continente existían los
esquimales, cuyo atraso era grande. En las montañas del Canadá y en las
llanuras de los actuales Estados Unidos de América vivían numerosos pueblos de
“pieles rojas” , los algonquinos, ataphascos, sioux, apaches, seminólas,
kiowas, comanches, etc. La vida que llevaban los «pieles rojas» puede
clasificarse como nómada y propia de pueblos ganaderos. Prácticamente
desconocían la agricultura; no edificaban poblados, sino que vivían en tiendas
de pieles y no han dejado un recuerdo escrito ni de sus hombres ni de sus
hechos importantes.
Cerca de la frontera de México existieron
pueblos que cultivaron el maíz, construyeron viviendas en el corazón de las
montañas y aprendieron a cocer el pan y a fabricar cestos y diversos
utensilios. Son los llamados «indios cesteros», «indios pueblos», etc.
Pero las grandes culturas precolombinas se
desarrollaron en América central y meridional. Fueron numerosos los pueblos que
superaron la fase pastoril o ganadera: los olmecas, zapotecas, mixtecas,
toltecas, huaxtecas, etc.; pero, sobre todos ellos destacan tres grandes
naciones: los aztecas, los mayas y los incas.
Estas sociedades eran muy jerarquizadas. En la
base se encontraba un campesinado, integrado por productores agrícolas, que
producían para la subsistencia de su familia y la de sus grupos de parientes
-calpulli, entre los aztecas, y ayllu, entre los incas-. Su trabajo y
producción agrícola mantenía también a los sectores de la sociedad que no
trabajaban directamente la tierra: los reyes, los sacerdotes, los guerreros,
los administradores y los jefes locales.
Los jefes locales distribuían las tierras entre
los habitantes de las aldeas rurales, organizaban el trabajo agrícola para la
comunidad y el que debían llevar a cabo para el estado y mantenían depósitos de
comida para hacer frente a las posibles crisis y hambrunas que se produjeran en
sus territorios.
Los reyes eran las autoridades máximas en
estas sociedades. Aislados del resto de la sociedad, desde sus palacios
organizaban la vida económica y política del reino. Eran responsables de la
ejecución de las obras públicas (caminos, puentes, obras agrícolas),
supervisaban el trabajo rotativo de los campesinos para el imperio (coatequitl
entre los aztecas, mita entre los incas), recolectaban y administraban el
tributo que pagaban los campesinos, organizaban el comercio a larga distancia
con regiones no sometidas (en el caso de los aztecas había comerciantes
especializados al servicio de los reyes, los pochteca), garantizaban la paz
entre los grupos dominados por ellos, y organizaban las campañas militares de
expansión para incorporar nuevas tierras y poblaciones.
LOS
AZTECAS
Crearon el gran Imperio Mexicano. Fueron
los grandes cultivadores del maíz, del cacao y del algodón. Conocieron la
metalurgia, tanto del hierro como del oro y la plata. Su religión era muy
simple: adoraban al Sol, a la Luna y al dios de la guerra, Huitzilopochtli, al
que ofrecían sacrificios a veces sangrientos.
Su capital, Tenochtitlán, se levantaba en
el lugar donde hoy existe la ciudad de México. Su jefe supremo era emperador y
pontífice máximo de su religión al mismo tiempo. Hernán Cortés aprovechó la
rivalidad entre aztecas y tlaxcaltecas para hacer de éstos últimos sus aliados
en la conquista de México.
Los
conocimientos astronómicos y matemáticos de los aztecas debieron ser notables,
como lo demuestran los calendarios atribuidos a dicha cultura.
LOS
MAYAS
Las ruinas de Chichen-Itza prueban que en
la península del Yucatán debió existir una civilización notable, tan importante
como pudo serlo la egipcia en el antiguo continente, y similar a ella en la
construcción de pirámides, por ejemplo.
Este
pueblo alcanzó un nivel cultural muy elevado, pues no sólo practicaba el
estudio de las ciencias, sino el de las letras, pues algunas de sus
manifestaciones literarias han podido ser reconstruidas gracias al estudio de
los dialectos como el quiche, derivados del antiguo idioma maya.
Esta civilización no fue destruida por los
españoles al conquistar lo que hoy es Guatemala, sino que ya había desaparecido
a la llegada de aquéllos, pues ya en el siglo XII la civilización maya había
perecido en manos de invasores procedentes del Norte.
LOS
INCAS

Los incas cultivaban la patata, alimento
desconocido entonces en Europa, así como los cereales, y vestían trajes de lana
que fabricaban con la obtenida de las llamas. Este imperio se extendía desde el
actual Quito hasta el Norte de Chile y comprendía casi todo el actual
territorio de Solivia y Perú.
El conjunto impresionante de Machu-Picchu
demuestra que los incas fueron un gran pueblo, capaz de llevar a cabo grandes
empresas. Se dice que sus carreteras tenían más de ocho metros de anchura y
alcanzaban varios millares de kilómetros a través de los montes y la selva. Y a
pesar de ello desconocían el hierro.
El emperador, o Inca, era considerado como un
hijo del Sol. A él se entregaba un tercio de todas las cosechas (otro tercio
era para el templo, y el último para el agricultor), por lo que llegó a poseer
una riqueza y un poder considerables. Su carácter pacífico facilitó la
conquista y dominación del país por parte de los españoles.
En
el resto del territorio sudemaricano vivían indios en estado primitivísimo,
como los caribes, tupinu, patagones, araucanos, fueguinos, guaraníes, etcétera.
Algunos, como los jíbaros, aún conservan su estado salvaje. La mayoría fueron
absorbidos por los conquistadores y dieron lugar a diversas formas de
criollismo y mestizaje, pero ninguno de estos pueblos alcanzó la cultura de los
anteriormente citados.
De acuerdo con Gonzalo Hernández de Oviedo,
que afirmaba: «nadie tiene derecho a llamarse descubridor, sino el almirante
primero de las Indias, D. Cristóbal Colón, por cuyo aviso y causa los otros han
ido o navegado por aquellas partes», llamaremos, pues, exploradores a los que
pasaron al Nuevo Mundo después del descubrimiento.
Gracias a ellos fue conocida casi toda la
América central y extensas porciones del litoral Norte y Noroeste de América
del Sur. Por tratarse de exploraciones coetáneas a las dirigidas por Colón,
recibieron el nombre de «viajes menores». Los más importantes fueron los realizados
por Alonso de Ojeda y Juan de la Cosa.
Ellos dieron por resultado la confección del
primer mapa del Nuevo Mundo, y en el que constan los resultados de aquellas
exploraciones. Vicente Yáñez Pinzón recorrió la costa oriental del Brasil,
hasta la desembocadura del Amazonas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario